Uno contra todos

Quizás sea temerario pensar que el signo predominante de la política exterior de un país en el siglo XXI resulte ser el aislamiento. No es ni puede serlo, y nadie en sus cabales sería capaz de postularlo. Sin embargo, en la política exterior de Venezuela se dan esos signos. Sin buscar el aislamiento, y sin ser el resultado de propósitos de una política, las consecuencias finales tienen los mismos efectos del aislacionismo. ¿Por qué algunos venezolanos podriamos pensar de esta manera?

En primer lugar, lo ocurrido con la solicitud venezolana de adhesión unilateral al Mercosur. La solicitud desconcertó a medio mundo, a los socios de la CAN y a los miembros de Mercosur, porque ambos bloques negocian como tales, y porque las arduas negociaciones están a punto de concluir. La posición anti-ALCA no es la posición de Mercosur. De modo que Venezuela tiene diferencias de fondo con ambos bloques latinoamericanos. También con Estados Unidos, y por extensión, con México y Canadá, porque si se discrepa del ALCA se discrepa inevitablemente del NAFTA. Que por cierto en la cumbre de Canada amen de los importantes acuerdos llegados para la integración economica en el continente, un punto de la Declaración de Quebec consagró la incompatibilidad de los países que interrumpan o afecten el sistema democrático, con su participación en el ALCA. El principio está en consonancia con los enunciados de la I y de la II Cumbre sobre la defensa de la democracia, pero parece indicar cierta aprensión sobre la inestabilidad democratica de algunos países suramericanos, entre ellos, los andinos.

Por otra parte, la política venezolana en el Caribe no sólo se distancia del denominador común de la región, sino que se distancia también en los hechos, a pesar de la cooperación petrolera que podría ser un vínculo y, al parecer, más bien desune. Los países de Caricom son pragmáticos, lo que requieren son soluciones reales para su economía, y no retórica revolucionaria, porque la experiencia les ha enseñado que por ese camino no se llega al cielo.


La relaciones entre Venezuela y los Estados Unidos estan marcadas por signos de distanciamiento, quizas podriamos evaluarlos intentando conservar cierta cronología de los hechos: 1. La tragedia de Vargas, en primer término. En medio de una terrible catástrofes, mientras el país estaba desconcertado y atónito con la magnitud de la tragedia, EE.UU. tomó la iniciativa, por solicitud del ministro de la Defensa de Venezuela, de enviar equipos técnicos para construir una importante vía en el Litoral. Ya habían salido algunos barcos hacia Venezuela, cuando inesperadamente, el gobierno rechaza aquella cooperación, con la excusa de que se trataba de un contingente militar que pondría en peligro nuestra soberanía, alegando, además, que el país estaba en condiciones de llevar a cabo esos trabajos. 2. Vino luego el problema de la solicitud norteamericana de los sobrevuelos en el espacio venezolano para combatir al narcotráfico. Venezuela se negó de manera radical, aun cuando EE.UU. presentó alternativas en la coordinación entre ambos paises para efectuar estos sobrevuelos. 3. La oposición de Chávez al Plan Colombia generó también malestar en los EE.UU. Pero no por la simple oposición, el desbalance militar y otros alegatos, sino por hechos comprobado sobre los contactos entre Venezuela y los grupos subversivos o indígenas de países andinos. 4. El anunció del voto favorable a China y a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, promovida por EEUU. Como no hubo votación en el caso de China, Venezuela fue el único país que anticipó su voto 5. La visita a Saddam Hussein: contra los bombardeos y el embargo. La visita a Kaddafy. Las relaciones con Cuba / El plan energético y sus ventajas unilaterales. La visita a Rusia: la Declaración conjunta y otros acuerdos. Una línea anti-norteamericana: a) La oposición al plan Bush del escudo antimisiles y contra la reforma del tratado ABM de los años 70. (Adhesión incondicional a la tesis rusa). b) La crítica al embargo contra Cuba. c) El acuerdo para la asistencia militar, y probable compra de armas. d) La postulación de un mundo multipolar y las referencias al monopolio del poder de Estados Unidos. Mientras China negocia con Estados Unidos, Venezuela aparece más papista que el Papa, en sus ataques a la globalización.